jueves, 4 de julio de 2013

OBRA DE TEATRO



     Al fin llegó la representación

    Como había anunciado en mi anterior entrada, el seis de Junio el Centro Cultural Santa Eulalia tuvo a bien de acogernos para presentar la comedia que entre todos los compañeros pintores, hemos tenido el gusto de escenificar.
     Desde aquí aplaudir la voluntad y el esfuerzo que ha supuesto para todos los participantes en este evento, para conmemorar el 25 aniversario del colectivo de pintores de Santa Eulalia.
     Por mi parte, decir que ha sido una experiencia nueva en la que como guionista y director me daba la sensación que era para lo que había nacido. Si me lo hubiera propuesto antes, el Goya y el Oscar hubieran figurado en mi palmarés. 
     Bromas aparte, solo apuntar que no ha sido fácil el poder llevar a cabo la representación de la obra. Por una parte, debido a que los ensayos no se podían realizar en el escenario más adecuado. Solamente cuatro días pudimos disponer del escenario del Centro Cultural. Por otra parte, pocas veces hubo un ensayo con todos los componentes. Algunos de los integrantes debía de efectuar el papel del ausente y eso motivaba algún que otro despiste. 
     Pero bueno, la obra se llevó acabo y todos nos sentimos muy satisfechos de lo realizado. Como no, el nerviosismo estuvo presente y sobrevino algún que otro lapsus, pero que muy bien se supo solucionar.
     Enhorabuena mis queridos pintores convertidos en consumados actores. 

    Por si alguien quiere ver la obra de teatro y disfrutar, no tiene nada mas que pinchar en estos dos vídeos adjuntos, que un miembro del colectivo de pintores se dignó en inmortalizar. ¡Ah!, solamente decir para los no catalanoparlantes, que salvo las primeras frases, la comedia es en castellano.



Parte 1



Parte 2













jueves, 16 de mayo de 2013

LLEGÓ EL DÍA


   ¡Qué vida tan ajetreada esto de ser jubilado! ¡Esto es un sin vivir!

     Entre gimnasio; pintura; caminadas; celebraciones; viajes y un sin fin de deberes, que no puedes eludir, no queda tiempo para poder esparcirme en este blog contando alguna particularidad digna de reseñar.
     
     Lo cierto es que lo de escribir lo tengo un poco paralizado. No solo no escribo en el blog, también tengo atascado el cuarto libro que he comenzado. ¿Qué es lo que me impide avanzar?: de hecho nada. El disponer de tu tiempo sin tener que dar cuenta de lo que debas o tengas que realizar, te hace ser libre de ataduras y de hacer lo que te venga en gana. 
   
     No por eso lo de escribir lo dejo de lado. Ya me vendrá la inspiración. De momento, para no perder el hilo, me dedico a leer alguna de las últimas novedades en novela negra. Ya que no lo he dicho, el cuarto libro que escribo es de este genero, bueno, más que novela negra es más bien gris.
   
     De entre los libros que han caído en mis manos están: "El guardián invisible" de Dolores Redondo; "Nadie quiere saber" de Alicia Gimenez Bartlett; "Los hombres mojados no temen la lluvia" de Juan Madrid;  "La marca del meridiano" de Lorenzo Silva; "Peores maneras de morir" de Francisco Gonzalez Ledesma y "Sociedad negra" de Andreu Martín.

      Si tengo que decantarme por alguna de estas novelas, me quedo con: "Los hombres mojados no temen la lluvia", es la que quizás más me ha enganchado. Bueno, pero por muy grandes escritores de novela negra que sean, yo tomo partido, como no puede ser de otra manera, por las que escribe un servidor...
   
     Bromas aparte, el principal objetivo de este escrito es anunciar la fecha de representación de la obra de teatro que he escrito y dirijo, tal como comenté en una anterior entrada. El día de autos será el 6 de Junio a las 19 horas. ¡Que los hados nos sean propicios!
   
     Para muestra adjunto folleto.


   
     Siguiendo con este tono bromista y falto de modestia, ya que no todo se basa en escribir e idolatrar mis artes literarias, disfrutar también de otra de mis cualidades contemplando mi última obra pictórica. Es una replica a un cuadro de Van Gogh, y como no podía ser de otra manera, mejorado...







   Saludos a todos mis seguidores y hasta la próxima.







jueves, 14 de marzo de 2013

JAVIERADA


     Un año más, y van tres, he cumplido el objetivo de realizar la peregrinación a Javier desde Corella. No es que me las dé de valeroso e intrépido, pero hace falta agallas para enfrentarse a 105 km por esos caminos de Dios, sin más ayuda que esos pies recalentados que sufren el peso del cuerpo a lo largo de la caminada.
     También otras partes del cuerpo entran en el sacrificio, y como no esos ojos legañosos que hacemos que se abran a las cuatro de la mañana. El madrugón es requerido, porque a las cinco menos cuarto hay que estar lúcido para recibir la bendición de San Francisco de Javier en la parroquia del Rosario. No es que me mueva el espíritu religioso, pero cuando se hacen ciertas cosas, o se hacen bien o no se hacen..


                                             


   






                                                       


                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   
     Una vez en estado de gracia, hay que iniciar la marcha. Buena hora son las cinco de la mañana para decir a las piernas que hagan su cometido. La vista se alza y con agrado vislumbra un cielo estrellado. Una sonrisa y un gesto de aprobación aparece en nuestra cara soñolienta. Después de unos días de constantes lluvias, solo faltaba que nos acompañase en el recorrido. Tampoco sería la primera vez.

     No nos acompañó la lluvia pero hubo que hacer frente a otras adversidades que con arrojo y valentía nos atrevimos a enfrentarnos. Cuestas que escalamos con aplomo y seguridad, ríos desbordados y estanques que con firmeza tuvimos que hacer frente. Bien nos hubiera venido Moisés para que separase las aguas.
                                                                                          

                                  


                                                                      













     No solo adversidades naturales tuvimos que combatir. Al paso por las Bardenas Reales, encontramos todo tipo de animales salvajes. Unos eran voladores, que planeaban en redondo buscando que desfalleciéramos para lanzarse sobre nosotros, y otros los teníamos más cercanos a expensas de su ferocidad. No se nos apartaba de la mente el hecho de hace dos años, en el que uno de los integrantes corellanos, tuvo que hacer frente a un terrible fantasmagórico jabalí. Él solo sabe la lucha encarnizada que 
sostuvo para poder librarse de las fauces del animal y volver victorioso del combate. Eso es lo que nos contó.









     
      Pero no todo fueron adversidades. Después de la primera parada, para reponer fuerzas con el desayuno, nos esperaron otros deleites a lo largo del camino. La tradicional y generosa tomatada cumplió con creces el deseado almuerzo, satisfaciendo nuestros receptores gustativos. Para no llegar desfallecidos hasta recibir los alimentos que nos esperaban a la hora de comer, nos vimos obligados a efectuar una nueva parada para reponer fuerzas. Era la hora del vermut. A las patatas fritas, aceitunas, pepinillos, frutos secos y demás productos alimenticios, les acompañaron distintas bebidas que a bien cada uno estimó ingerir. 

                                                                

     Quizás la parte más cansina se desarrolló en la zona de "el Plano de las Bardenas". Como muy bien dice el nombre, es una tremenda planicie que parece que nunca se acaba. Al fin, se aprecia un desnivel en el que da la sensación que la tierra se traga a las personas, y ese, ese era nuestro punto donde nos esperaba una flamante costillada, acompañada de sabrosas salchichas, crujientes chistorras y apetitosa panceta. Dimos buena cuenta de esas exquisiteces, concluyendo nuestra comida campestre con dos buenos trozos de excelente tarta y su correspondiente moscatel.



    Con el estomago bien alimentado y regado, nos dispusimos a efectuar la última parte del recorrido de este primer día de peregrinaje. Nuestro punto final era Murillo el Fruto. Cuando fue divisado este punto, me dio la sensación que las piernas querían ir más deprisa. Supongo que recibían señales de los pies doloridos, para estos poder llegar a tomar un merecido descanso. Los primeros 55 km ya estaban en el bote. Tocaba descansar y poner los pies en remojo.



     Con renovadas fuerzas, dimos la cara en la salida de Murillo el Fruto para abordar la segunda etapa. Nuevos miembros se unieron a la comitiva para afrontar este nuevo recorrido. Fue más suave, pero no por eso había que desestimarlo. La orografía del terreno era distinta. Dejado atrás el desértico terreno de las Bardenas, los caminos que surcamos seguían el curso del río  Aragón. El verde imperaba en todo el recorrido.
     En esta ruta no nos acordamos de Moisés, pero alguna que otra filigrana hubo que hacer para sortear el barro que podía llegar a engullirnos.



     
     Aunque era evidente que en este segundo día no nos iban a abandonar las viandas y el bebercio, hay que reseñar la comida que nos esperó en Galipienzo. Eso no fue comida, eso fue el gran atracón. Merece la pena describir los platos: comenzamos con unas ensaladas para después ingerir dos tipos de alubias, negras y blancas. Quizás para desengrasar, seguidamente nos obsequiaron con una bandeja de menestra. Vino bien porque a continuación repartieron una tremenda paella. No acabó aquí el atracón, por si  fuera poco, se dio paso a las carnes; conejo a la plancha; costillas de cerdo, y para rematar, costillas de cordero con abundantes patatas fritas. Al parecer, no quedamos muy saciados porque hubo que recurrir al postre. Yo me decanté por el Goshua (quizás no se escriba así), es un postre que está elaborado con nata, bizcocho, crema pastelera y caramelo líquido. Rico, rico. Para digerir todo esto no quedó otro remedio que recurrir al café y una copita de hiervas.

































    A pesar que pesaba más el estomago que las piernas, había que seguir. El nuevo punto referencial era Sanguesa y hasta allí llegamos. Poco faltaba por recorrer, para cumplir con el propósito de llegar sanos y salvos a la meta de Javier. Al igual que al inicio de la marcha, los 8 km que separan Sanguesa de Javier nos acompañaron las estrellas, una de ellas, bien pudo ser la que guió a los reyes magos para llegar a Belen, a nosotros nos dirigió al esplendido castillo de Javier.





     El dormir en el albergue, acompañados de un hermoso recital de ronquidos, hizo que nuestros cuerpos se relajaran y volver a sentir las piernas. El fin propuesto ya estaba hecho. Solo quedaba contemplar a la luz del día ese magnifico castillo de Javier y seguir los actos religiosos que se celebraban en la explanada del castillo. Fui respetuoso y aguanté estoicamente hasta que se dio por finalizada la Javierada.




     Como no podía ser de otra forma, un dispositivo del ministerio del interior tuve a mi disposición. No cabe duda de que los pensionistas, junto a los políticos, tenemos ciertos privilegios que el resto de ciudadanos no pueden gozar. 
     Con esto pongo punto final a la tremenda hazaña,  que solo  pueden realizar los de Corella y unos pocos más. ¡Hasta la próxima!..., ya veremos, porque todavía tengo los pies doloridos. 

                      



sábado, 16 de febrero de 2013

NUESTRO PROPIO CARNAVAL


     De todos es conocido la celebración del carnaval por todo el mundo. Si atendemos por su importancia no cabe duda que el de Rio de Janeiro se lleva la palma, sin olvidar otros de fama internacional, como pueden ser el de Oruro, Venecia, Santa Cruz de Tenerife, Cadiz..., y más cerquita como son el de Vilanova o Sitges.
     
     Pues bien, a todos estos carnavales hay que añadir uno más: "el carnaval de los pintores".
Puedo y debo decir que éste, que se celebró en el colectivo de pintores de Santa Eulalia, cumplió con creces todos los requisitos que merece un buen carnaval. No faltaron los disfraces, no faltó la música adecuada a la fiesta carnavalera, y como no, no faltaron las viandas que merecían estar para cumplir con una esplendida merendola. 
     
     Y es que desde el apetitoso "atun a lo Claudio" pasando por la "tortilla de Conchita", para seguir con buenos quesos y buen jamón... ¿Que más podía faltar?, ¡los postres! y que postres: "leche frita a lo Jesus"; "bizcocho a la Esperanza"; "rosquillas de don Felix"; "coca de Luchi a la Vinaros"... ¿Y todo esto a palo seco?, no señor, abundó el buen vino y el cava hasta agotar existencias y fueron muchas las que aportaron, entre otras cosas, Carme, Perpe, Dolors, Castellón, Montse, Loreto, Tomás, Girón, Fausto, Gunnel y un servidor.

     



    

  Pero aquí no quedó el festejo. No podía faltar, acompañada de música enlatada y en vivo,  "la rua", y esta se produjo, vaya que sí se produjo. El circuito de la comparsa a lo largo y ancho del recinto, teniendo a bien de apartar los caballetes para que nada se interponiese en el recorrido, fue apoteósico. El bautismo ya está hecho y para los anales de la historia quedará enmarcada como: "La rua de la rebelión pictórica" 





jueves, 10 de enero de 2013

¡A POR ELLAS!

     No cabe duda que estoy en una época de nuevas experiencias y ésta, surgida en las navidades, no deja de ser una de ellas.
    Siguiendo el grito cuellarano ¡a por ellos!, me lo apropio para cambiar el objetivo toros por setas. Y es que si a los pinares hay que acudir para recibir los toros, a los pinares hay que ir también, para obtener ese fruto tan codiciado.
    ¿Si por casualidad hubiera ido solo, qué habría pasado?... Pues que habría realizado un bonito paseo, habría admirado desde dentro, ese mar de pinares y aquí se acabó la historia. Pero no fue así.
    En primer lugar hay que matizar "ir", más bien me llevo mi amigo Jose, experto, donde lo haya, en saber que zonas de pinares son las más propicias para coger "níscalos". En Cataluña, esta seta recibe el nombre de "rovellón".




     Pues bien, después de recorrer con el coche unos pocos kilómetros y pasar por pequeños pueblos cercanos a Cuellar, llegamos al pinar que mi amigo creyó oportuno. Miradas no me faltaron para ir observando el suelo y creer que las setas estaban allí, esperando que mis ojos se fijara en ellas, y fácilmente ser cogidas, ¡qué ingenuo!... Pero para enmendar mi error, allí estaba Jose diciéndome:  "mira, ahí tienes uno o dos y un poco más allá otro". "¿Donde?", preguntaba yo, porque aunque acercaba lo más posible mis gafas a los ojos, no se dejaban ver. Por mi parte era para echarse a llorar y por parte de mi acompañante, para echarse a reír de mi ignorancia, pero puedo decir en honor a Jose, que su risa iría por dentro, porque lo único que hizo fue acercarse donde me señalaba, levantar  la hojarasca y... ¡Voilá!, allí dos esplendorosos níscalos aparecieron por arte de magia.





    Me faltó muy poco, para ganarme el carnet de buscador de setas o boletaire. A las enseñanzas de mi amigo, respondí y conseguí, con gran maestría, hacer que más de un níscalo se rindiera y estuviera dispuesto  a ser arrancado, o cortado mejor dicho, para orgullo del aquí presente.




     Punto final a mi nueva aventura, y gracias Jose por la magnifica mañana que me brindaste.

     P.D.: Los níscalos buenísimos.