Recuerdo que de pequeño me decían: “tienes que poner en todo lo
que observes los cinco sentidos”.
Y en verdad nos valemos de estos cinco
sentidos, los cuales entendemos como vista, oído, gusto y tacto, para recibir información
del entorno que nos rodea en nuestra vida diaria.
Si tenemos en cuenta que estos órganos están conectados directamente al cerebro, podemos
decir que estos cinco sentidos trasmiten todo lo que perciben y el cerebro lo
ordena, lo clasifica y lo utiliza cuando cree necesario.
Pues bien, las mismas cosas que podemos
percibir con nuestros cinco sentidos, según parece, no se registran de igual
manera en el cerebro de todas las personas, puesto que existe diversidad y
disparidad de valoraciones sobre lo percibido.
Es evidente que debemos poner los cinco
sentidos en todas nuestras percepciones y logren ser registradas en nuestro cerebro,
aunque estos registros no coincidan con el criterio de los demás. Pero aparte
de estas impresiones, hay un sentido al que me gustaría hacer hincapié: el
sentido común. Considero que es muy importante para la buena convivencia entre
todos los seres humanos.
Quizás el sentido común, a veces, sea
cuestionable, pero se sustenta en una serie de valores que muy bien pueden ser
compartidos por una comunidad, sea familia, pueblo o nación.
En mi modesta opinión y para finalizar esta reflexión, me atrevo a enumerar cinco valores que
nuestros sentidos puedan trasmitir al unísono a todo ser humano: la
honestidad, la sensibilidad, la gratitud, la humildad y la responsabilidad.